Hace un año y medio, el prestigioso periodista Daniel Santoro disertó en la Universidad del Salvador sobre la relación entre el periodismo y la prensa. Entre otras cosas, el hasta hace una semana presidente de Fopea dijo que todavía se mantenía un equipo de investigación en Clarín y negó injerencia alguna del gobierno de (Néstor) Kirchner en cuanto a la confección de las notas de tapa en el matutino más vendido del país.
Cuando un estudiante de periodismo lo indagó sobre las presiones que este gobierno ejercía sobre la prensa y cómo era posible que no tuvieran denuncias de corrupción [todavía no se había destapado ni Skanska, ni la bolsa de Miceli, etc.], Santoro alegó que sí hay espacio en los medios para publicar denuncias, pero que siempre existen alternativas, como los libros de investigación periodística, por ejemplo.
Esta anécdota se me vino a la mente cuando leí de la aparición de un libro sobre Julio De Vido y Néstor Kirchner escrito por Diego Cabot y Francisco Olivera, periodistas de La Nación. Según cuenta el propio diario, en Hablen con Julio (Sudamericana, 2007) se develan intimidades acerca de los manejos del poder desde los tiempos patagónicos hasta la actualidad.
¿Se habrán quedado sin espacio en La Nación para publicar este tipo de denuncias? ¿O había que vender más Gaturros?
No hay comentarios:
Publicar un comentario